jueves, 1 de enero de 2009

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El Universo ha sido creado a partir de una Vibración Primordial (Om, el Verbo Creador, la Palabra, etc.). Cada objeto vibra en su propia frecuencia natural. Cada ser emana una frecuencia vibracional específica. Pero el patrón de Armonía que ordena la energía es siempre el mismo: una proporción de orden matemático que se vuelve perceptible para nosotros a través del Sonido y de sus componentes armónicos. El Sonido es la red de Energía que sostiene todo lo creado según un Orden natural de Armonía. Es por eso que el ser humano lo ha empleado desde tiempos inmemoriales como un puente sagrado, para conectar con su más profunda esencia espiritual, para sanar, crear y transformarse...

Las octavas sonoras reflejan el carácter multidimensional de todo lo vivo en el Universo; la Vida está vibrando en varias octavas simultáneamente. Y en estos tiempos que corren, tenemos la maravillosa posibilidad de elevar nuestra frecuencia de vibración: hacia adentro y hacia afuera, para sanar e iluminar nuestro Ser.


Terapia de Sonidos Armónicos

La terapia de sonido es una técnica de armonización natural, fundamentada en el principio de resonancia, que se basa en un profundo Masaje Vibracional con Cuencos Tibetanos y otros Instrumentos Sagrados y busca hacer vibrar este orden armónico y natural (cualidad inherente y consustancial del Sonido) en cada una de tus dimensiones: en tu campo energético, en tu organismo físico, en tu mente, en tu cuerpo emocional y en tu espíritu, con la intención de facilitar la integración y el equilibrio de todo tu Ser y de ayudarte a reconectar con tu Esencia Espiritual, la Vibración Infinita que Somos...


Plano energético.
Los cuencos tibetanos son empleados, entre otras cosas, para alinear y balancear la energía de los chakras (los principales centros energéticos de nuestro Ser) y para armonizar los cuerpos sutiles que conforman nuestro campo vibracional o aura.


Plano mental.
Las ondas sonoras emitidas por los cuencos tibetanos nos inducen a un estado meditativo de profunda relajación. Esto permite silenciar nuestra mente. Disminuyen la ansiedad y la agresividad. Los sonidos armónicos nos ayudan a integrar y equilibrar nuestros hemisferios cerebrales, promueven el desarrollo de las funciones superiores de nuestra mente y el despertar de nuestra intuición para una mayor conciencia.

Plano emocional.
Viajando a través de los sonidos armónicos, es posible que afloren y se liberen diversos sentimientos y emociones profundas. Cuando logramos sumergirnos en ese estado de total neutralidad que promueve el Sonido, nuestras emociones se calman y la energía se ordena de forma natural. Sintonizamos una profunda Paz interior.

Plano físico.
Los pensamientos y emociones que nos limitan y condicionan vibran primero en nuestros cuerpos más sutiles de energía y luego, al volverse más y más densos, se transforman en oscuros cristales que provocan desequilibrios en nuestro organismo físico. El Sonido permite disolver estas cristalizaciones antes de que puedan manifestarse como enfermedades, previniéndolas.

Por otro lado, el masaje vibracional ayuda a liberar tensiones, dolores y bloqueos del cuerpo físico, estimulando los músculos y las partes blandas, las articulaciones como así también todo el sistema óseo.

Nuestro cuerpo posee un alto contenido de agua, lo que posibilita la propagación de las vibraciones sonoras hacia nuestro campo energético interior. Al frotar los cuencos tibetanos sobre nuestro cuerpo, las ondas armónicas penetran profundamente desbloqueando y reordenando la energía.

Plano psico·espiritual.
El masaje vibracional se produce a nivel molecular y permite transformar la memoria celular contenida en nuestro ADN, removiendo viejos patrones negativos y condicionamientos para dar lugar a nuevas posibilidades de expansión hacia un orden natural.

Empleando el sonido como una onda portadora de conciencia y sosteniendo una intención consciente, es posible activar las capas vibratorias de nuestro ADN interdimensional, pudiendo acceder a nuestra herencia como seres de Luz. El Sonido nos ayuda a registrar y a conectar con nuestro ser interior, para abrir nuestro corazón a las experiencias de lo divino.

Cuando logramos liberarnos de toda energía discordante y de aquellas frecuencias involutivas que retrasan nuestro crecimiento, entonces podemos vivir con mayor confianza en nosotros mismos... Lo que sigue es crear nuestra propia vida, desde la alegría de Ser nuestra verdadera esencia, que es Una con la Luz!

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